Cómo evitar un golpe de calor

Como evitar los golpes de calor en perros

La llegada del verano y de las altas temperaturas que alcanzamos en Elche y alrededores durante estos meses son un peligro para las mascotas. Nuestros perros y gatos tienen menos tolerancia al calor que nosotros, ya que no disponen de glándulas sudoríporas, es decir, no sudan.

Los perros solo pueden eliminar el calor cuando jadean, expulsando el sudor a través de las almohadillas de las patas (aunque es un proceso lento) o por las zonas de poco pelo, como el abdomen, en perros de pelo corto.

Hay animales que son más propensos a sufrir un golpe de calor, como son los cachorros o los perros ancianos, los que tienen alguna enfermedad respiratoria o cardíaca, sobrepeso, las razas braquicéfalas (carlinos, bulldogs, boxers...), los perros de piel oscura (porque el pelaje atrae más el calor), y los perros que han comido, hecho ejercicio o están muy nerviosos justo antes de la exposición al sol o durante la misma.

Síntomas de un golpe de calor

Hablamos de golpe de calor cuando nuestro animal no puede regular su temperatura corporal con eficiencia, y esta asciende hasta 42ºC (la temperatura corporal media de un perro son 38-39ºC), y podemos observar la siguiente sintomatología:

  • Respiración agitada y forzada.
  • Dificultad y pesadez de movimiento.
  • Vaivén y tambaleo del animal.
  • Salivación excesiva.
  • Color azulado en la lengua y las mucosas

Cómo evitar un golpe de calor

Cuando más riesgo existe de que nuestro perro sufra un golpe de calor es si estamos en la playa o de excursión sin sombra a la vista, donde hay humedad ambiental elevada, sumada a una alta temperatura. Pero también debemos tener cuidado en zonas asfaltadas, como Vía Parque o la ladera del río, ya que el cemento retiene muchísimo calor.

Por supuesto, en esta época está prohibidísimo dejar al animal en el coche, ni siquiera con las ventanillas bajadas, ¡ni aunque sean 5 minutos!

Si aún así observas los síntomas de un golpe de calor en tu perro, debes actuar rápidamente (pero con calma) y hacer lo siguiente:

  • Disminuir su temperatura corporal progresivamente (¡nunca de golpe!) mojándole de forma continua con agua templada. No lo cubras con toallas ni lo sumerjas.
  • Intenta darle de beber agua fresca, poco a poco, en  pequeños intervalos, para que recupere su hidratación.
  • Cuando esté más recuperado, acude rápidamente a tu veterinario para que revise el estado general del animal y paute un tratamiento para acelerar su recuperación.

Esperamos que te resulten útiles estos consejos, ¡mejor prevenir que curar!

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