Olay ha cruzado el arcoíris de los perros, mi princesa, mi ángel, mi estrella

Olay ha cruzado el arcoíris de los perros, mi princesa, mi ángel, mi estrella.

Olay ha cruzado el arcoíris, se ha marchado de forma inesperada, cuando parecía estar en su mejor momento, aún no sabemos por qué tuvo que partir.

El 7 de agosto de 2020 lo recordaré para siempre, eran la 6 de la mañana y algo hizo que me levantara de la cama, sabía que algo ocurría. Me encontré a Olay debajo de una cama en una habitación con un respiración agitada y su visión perdida, corrimos todo lo que fuimos capaces a urgencias y a las 12 de la mañana se fue de nuestras vidas. Escribo porque es mi manera egoísta de desahogarme, y creo que es mi obligación explicarle a todo el que lo quiera leer que, perder un perro cuando lo amas con locura, provoca un dolor que no puedes imaginar hasta que por desgracia te golpea esta maldita situación.

Mi amor por Olay era inmenso, jamás pensé que se podría amar a un animal tanto, nos mirábamos de una manera cómplice, cuando hacía algo que no debía como un papi que consiente a su hija intentaba esconder la travesura y que quedara entre nosotros. Este último mes y medio decidí disfrutar de mi tiempo con ella al máximo, este iba a ser nuestro verano, alquiler en Benidorm donde le encantaba pasar las horas paseando con su tete Elvis sobre su carro, y cenando en los sitios que tanto le gustaban. No nos ha dado tiempo a disfrutar lo que esperaba, te tuviste que marchar antes, mi angelito como tantas veces te llamaba se tenía que marchar y cruzar el arcoíris.

Ahora me doy cuenta que nuestras prioridades en la vida están cambiadas, que hacemos importante las situaciones que solo son urgentes, o creemos que lo realmente importante es tener tanto dinero aquí, un coche allí o el ultimo teléfono móvil del mercado. Cuando pierdes a tu ángel, tu princesa o a alguien que realmente conseguía hacerte sonreír con mirarla, que te besaba con solo acercarle la cara, o te acompañaba en tus paseos en soledad, te das cuenta de que el tiempo es limitado, y debemos de disfrutarlo solo con quien realmente vale la pena. Tu tete te busca por casa y aunque lo pongamos en el centro del carrito por donde paseabais tantas veces juntos, el que te quería con locura se coloca a un lado a esperarte. Hay pocos seres vivos que tengan la capacidad de ser amados como lo has sido tú, un día escuché una frase que decía, “las personas olvidan lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca olvidarán lo que les hiciste sentir”.  Nos hacías sentir la familia más feliz que podíamos ser.

Tú no decías nada solo nos amabas, sin pedir nada a cambio. Echo de menos el poder ponerte a comer sobre mis piernas tres veces al día por tus problemas de esófago, era un momento que me encantaba, el sentarte conmigo y verte comer poco a poco. Echo de menos tus jadeos y ronquidos, recuerdo tu lengua sobre mi cara, y tus mordisquitos en mi barba, joder te echo tanto de menos que me duele el alma. Espero sentirte pronto, estoy seguro de que nos quedaba mucho por vivir juntos, y que el día que decida compartir mi vida con otra perrita, algo de ti habrá en ella, y te juro que lo sentiré.

Cuando te cogí en mis brazos y ya estabas sin vida te dije 100 veces que te quería, sabes que eran pocas, sabes que no podía amarte más. Ahora solo te pido una cosa más, cuida a tu tete Elvis, a tu mami y cuídame a mí, yo te juro que te echaré de menos todos los días de mi vida, pero con el paso del tiempo no sentiré este dolor, sobre todo porque tú no querrías eso para mí, te recordaré con una sonrisa y podré afirmar que yo sí que conocí el verdadero amor incondicional. Por último te quiero contar un secreto, en el mundo de los perros que nos cuidan desde el cielo las chuches no engordan. Te quiero princesa, mi ángel, mi estrella.