El inmenso mundo visto desde los ojos de un cachorro

El inmenso mundo visto desde los ojos de un cachorro

¡¡¡¡Hola!!!!

Soy Olay, una perrita de raza Pomerania, y tengo 7 años (pero recien cumplidos, ehhhh). Ahora me he planteado escribir sobre mi vida, sobre la vida vista desde mis pequeños ojos oscuros, esos que mi papi cada vez que mira empieza a decirme cosas como “¡pero qué cosa más guapa, señor!” o “¿quién es la cosa más guapa de esta casa?”.

Nací en Castellón, y al principio no podía ni ver ni escuchar, ya que los cachorritos nacemos con las orejitas y los ojitos cerrados. Cuando por fin pude abrir mis pequeños ojos me di cuenta de algo: estaba rodeada de muchísimos cachorros y perros adultos de diferentes razas. Por lo que cuentan mis papis era un criadero de perritos… qué mal suena, ¿verdad?

Mis primeras 8 semanas de vida fueron entre juegos y peleas de hermanos, con mi mami cuidándome, y unas personas que se acercaban a ver qué hacíamos y a ponernos de comer. Pero un día sucedió algo que me hizo entristecer. Se acercó a mí esa persona que nos cuidaba, me cogió en sus manos y me introdujo en una caja, que llaman “transportín”, con otros dos compañeros de juegos. Nos llevaron al mundo exterior y nos metieron en una furgoneta. ¿De verdad ya no volvería a ver a mi mami y a mis hermanos?

Recuerdo que fue un viaje largo en el que, aunque me avergüence, lloré mucho y dormí poco. Cuando llegamos nos sacaron de ese transportín, en el que mis compis se habían hecho pis (yo no hice ninguno, os lo juro). Nos colocaron en una jaulita donde no paraban de pasar  humanos a vernos y dar golpecitos en los cristales.
Cuando pasaron unos días, mi hermanito, que estaba conmigo, comenzó a sentirse mal. Primero comenzó con unas diarreas y más tarde eran vómitos unidos a defecaciones con sangre. ¿Qué le pasaba?
Yo estaba asustada, pero aun así le daba lametones de amor para que se pusiera bueno cuanto antes.

Se lo llevaron al veterinario y le diagnosticaron Parvovirus, una enfermedad muy contagiosa y prácticamente mortal en cachorros. Dos días más tarde mi querido hermanito falleció. Los peores augurios se hicieron realidad y 5 dias mas tarde yo enfermé. Mi papi que conocía al veterinario le preguntó por mí. Entonces yo aún no conocía a quien iba a ser mi amor más fiel; era ese chico que me miraba con ojos llorosos. Le dijeron que el criador no se hacía responsable de mí y no quería asumir los costes de un tratamiento que casi en un 90% me costaría la vida, ¿tan mal me había portado para que me quisieran dejar morir?

Entonces ese chico que me miraba con cara preocupada, levantó la cabeza y dijo:
“¿si pago yo el tratamiento y salva la vida me la podré llevar a casa?
La respuesta del criador fue “SÍ”.

Y sí, 7 años más tarde aquí estoy con mis 4 patitas escribiendo para hablaros de la importancia de las vacunas en cachorritos para intentar evitar que esto le pueda suceder a vuestros peludines.

Os lo explico sin rodeos y para no aburriros. Además de que, al terminar de escribir, tengo unas deliciosas chuches que me están preparando mi papi y mi mami.

La vacunación en cachorros consta de tres pasos, que van después de la desparasitación:

  1. Primera Vacuna Parvovirus  (el maldito parvo)
  2. Segunda vacuna Polivalente
  3. Tercera vacuna Polivalente

Este protocolo se hace en un tiempo limitado para que tenga efectividad. Cuando estamos sin vacunas somos como una puerta abierta a las enfermedades, y paso a paso vamos cerrando esa puerta.
Luego nos ponen la vacuna de la rabia, nos hacen un pasaporte y nos ponen un chip (como a los robots). Los humanos nos ponen ese chip para si nos perdemos poder encontrarnos y estar tanto ellos como nosotros más seguros (aunque lo que no saben es que los perritos dominaremos el mundo más adelante, jajajaja).

En el Centro Vida Animal Elche tienen unos packs que incluyen todo a unos precios cerrados, con los que se ahorran mucho dinero tus papis. Aunque nosotros eso del dinero no sabemos para qué sirve, yo me comí una vez un billete y estaba malísimo,no sé por qué mi amigo de dos patas se cabreó tanto.

Bueno, os dejo, que voy a hacer como que le hago caso a mis papis para que me den una chuche. ¡Un lametón para todos!